miércoles, 10 de marzo de 2010


Tercera Semana de Cuaresma
JUEVES
San Lucas 11, 14-23

Estaba expulsando un demonio que era mudo. Y cuando salió el demonio, habló el mudo y la multitud se quedó admirada; pero algunos de ellos dijeron:
—Expulsa los demonios por Beelzebul, el príncipe de los demonios.
Y otros, para tentarle, le pedían una señal del cielo. Pero él, que conocía sus pensamientos, les replicó:
—Todo reino dividido contra sí mismo quedará desolado y cae casa contra casa. Si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo se sostendrá su reino? Puesto que decís que expulso los demonios por Beelzebul? vuestros hijos ¿por quién los expulsan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo expulso los demonios por el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros.
»Cuando uno que es fuerte y está bien armado custodia su palacio, sus bienes están seguros; pero si llega otro más fuerte y le vence, le quita sus armas en las que confiaba y reparte su botín.
»El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Además de predicar, curar enfermedades y otras cosas, expulsabas a los demonios. Esta vez, el demonio era mudo. Y apenas salió el demonio habló el mudo. La gente estaba admirada. Mas no todos. Algunos dijeron que lo hacías por arte de Belcebú; y otros te pedían un signo en el cielo. División de opiniones.

Entonces Tú, Señor, les dijiste: Todo reino en guerra civil va a la ruina. Toda división produce siempre muerte. La eficacia exige siempre unidad. Cambiad, pues, de parecer. No estáis en lo cierto. Yo actúo en nombre de Dios y el príncipe Belcebú en el suyo.

Y además añadiste: vuestros hijos, ¿por arte de quién echan los demonios? Preguntadles. Ellos serán vuestros jueces. La verdad nace de la verdad; la mentira de la mentira. La verdad, la bondad, la belleza vienen de Dios; la mentira, la maldad, la falsedad, vienen del diablo. ¿Cuándo entenderéis esto? ¿Hasta cuándo deberé estar con vosotros?

Y si yo echo los demonios por el dedo de Dios, es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros. El Reino de Dios está presente, pero cuánto cuesta entenderlo. Sabemos que sólo en el cielo no habrá ni llanto ni dolor. Allí todo será entendido y por todos.

Y, como en otras ocasiones, terminaste con un ejemplo, una comparación: Un hombre fuerte cuando guarda su casa, sus bienes, estos están seguros. Si viene otro más fuerte y lo vence, arrampla con todo. Es decir, existe el uno y existe el otro. Existe Dios y existe el diablo. Dios es más fuerte, vence siempre. Hay que apostar por Él.

Y para terminar, dijiste: El que no está conmigo, está contra Mí; el que no recoge conmigo, desparrama. Para recoger frutos y bendiciones hay que optar por Ti, Señor.