LUZ Y TINIEBLAS
Del cardenal Jorge Mario
Bergoglio,
arzobispo de Buenos Aires
“La
luz vino al mundo, Dios envió la luz al mundo”.
Pero hay hombres que
prefieren las tinieblas y el Señor marca esa división secular, no ya de buenos
contra malos, de este color contra este otro color sino de una opción interior:
yo prefiero la luz, yo prefiero las tinieblas… y esa opción sigue cobrando
fuerzas en nuestros días. Y Jesús avanza en su explicación: porque todo el que
obra mal “odia la luz y no se acerca a ella por temor de que sus obras sean
descubiertas”. Todo el que tiene mala conciencia se esconde de la luz, se esconde
de la evidencia, en las mil maneras de esconderse que hay, pero no se deja
iluminar por esa luz mansa de la verdad; en cambio, sigue Jesús, el “que obra
conforme a la Verdad se acerca a la luz para que se ponga de manifiesto que sus
obras han sido hechas por Dios”. El que tiene la conciencia tranquila, el que
siempre busca el bien se abre a la luz y por ahí la luz le hace ver que
está equivocado acá y acá, y lo reconoce! Porque tiene buena intención. Este
modo de vida que el Ángel nos manda a anunciar es que optemos por la luz.