lunes, 29 de julio de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

CATEQUESIS DOMINICALES 
PARA NIÑOS

CATEQUESIS DEL PAPA

Unas de las tareas que primero nos encomendó Don Manuel a los coadjutores, fue la atención de niños de catequesis. Había, entonces, en Barruelo muchos niños. Los niños acudían al Colegio de los Hermanos Maristas; las niñas lo hacían al Colegio que llevaban las Hermanas de la Caridad; un tercer grupo, niños y niñas, acudían a las Escuelas públicas.

Además de la formación religiosa que estos niños recibían en sus respectivos Colegios, acudían a la Catequesis que organizaba la Parroquia de Santo Tomás, Apóstol.

Don Manuel el Párroco, aunque gozaba ya de cierta edad, o al menos a mi me lo parecía, tenía “buena maña” para hacerse escuchar por la chiquillería.

Los Domingo, antes de la Misa Mayor, reunía en el templo a buen número de chiquillos. Estos, colocados en los primeros bancos de la Iglesia, escuchaban la sesión catequética que daba Don Manuel.

Era una catequesis sencilla: un cántico de entrada, luego una explicación breve del Evangelio de ese día, para terminar en grupos memorizando algunas preguntas del Catecismo.

A Don Manuel le encantaba dar la explicación del Evangelio. Con su lengua de trapo, graciosa, encandilaba a los críos. La parte de aprendizaje y de memorización nos la dejaba a los coadjutores y a los catequistas.

Al final, todos juntos, se repartían vales o se rifaba algún pequeño obsequio. Y con el mejor orden posible, los niños salían a la calle, daban cuatro brincos y cuatro gritos, para acudir, poco después, a la Santa Misa.

Gota a gota, domingo tras domingo, iban cayendo sobre las almas de aquellos niños, breves explicaciones evangélicas, semillas, que más tarde, fructificarían en cosecha abundante.