miércoles, 7 de enero de 2015

VIEJOS ESCRITOS


Y me habló la madera

“Quiero contarte la historia de mi vida”. 

Yo abrí los ojos y procuré escuchar con atención. Ella siguió: “Yo nací en un monte navarro -quizás pudo ser en otro monte de España o de cualquier sitio del mundo- hace más de quinientos años. Un día un hombre de manos toscas, de piel curtida y de temple recio, plantó una semilla en un agujero hecho en la tierra.
Con el tiempo, las aguas y el sol, aquella semilla fue creciendo. Y aquella semilla se hizo un pequeño árbol, después más grande. Por debajo de ese árbol pasaron ganados de ovejas con sus pastores; alguna vez también se acercó hasta mi vera algún caballo, zorro y jabalí. Vi llover y nevar, sentí el suave aire de la brisa y el vendaval que amenazaba con arrancarme de cuajo. Pero resistí heladas y heladas, vientos y calores. Y nieblas cerradas. Fueron las nieblas cerradas las que más me atosigaron a la hora de crecer y al respirar.
Pero de todo fui saliendo. Y fui creciendo con fuerza. Me hice robusta y recia. Fui ampliando mi extensión y mis dominios. Cada vez mis ramas se hicieron más fuertes y mis hojas se ampliaron. Me hice fuerte, tan fuerte que a nada ni a nadie tuve miedo. 

PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=VTge3xXr8YY