jueves, 12 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

SE ACABARON LAS VACACIONES


Ayer, 11 de septiembre, regresamos  de vacaciones. Hemos vuelto a la vida ordinaria, después de pasar unos días de descanso en el pueblo que nos vio nacer: Villasarracino (Palencia).

Salimos de Pamplona, hacia Castilla, el día 16 de agosto a las once de la mañana. Realizamos un viaje cómodo, sereno. Una breve parada para tomar un café a mitad del camino, un rato un poco más prolongado para almorzar,  después. Algo  antes de las cinco llegábamos al pueblo.

Las calles limpias, como siempre, pero más solitarias que nunca. Las fachas con buen aspecto, arregladas, rejuvenecidas; los moradores cada año, más viejos.

El reloj de la torre de la Iglesia, dio las cinco. Cinco campanadas, secas, tristes, cercanas. Nos recordó el sonido a muerto de otros tiempos. No acertábamos explicar aquel sonido.

Luego ns enteramos que hacía poco tiempo, habían cambiado el badajo y la campana. De ahí ese sonido lúgubre y raro, al que nos costó un tiempo acostumbrarnos.

Salimos del coche, pisamos tierra, abrimos la verja, la puerta de la casa. Enseguida, llegaron los hermanos: saludos a y toma de posesión del hogar de nuestros mayores.


(Seguirá)