jueves, 16 de mayo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


APRENDIENDO 
DE SAN JUAN DE ÁVILA




DEL LIBRO, SAN JUAN DE ÁVILA. EXPERIENCIA DE FE

SEGUNDO

“Este si es buen predicador, que no los que son el día de hoy. ¿Pensáis que no hay más sino leer en los libros y venir a vomitar aquí lo que habéis leído” (Sermón 49,8).

“Se trata de predicar “doctrina de Palabra de Dios y de los santos, dicha con calor de Espíritu Santo”, como le dijo al mismísimo concilio de Trento. Además, la vida de los evangelizadores tiene que ser como la de Cristo: “Cristo nuestro Redentor, no solamente nos despierta con palabras, mas con obras (…) ¡Qué ejemplo para los predicadores que estamos predicando!” (Sermón 80, 2). El Santo Maestro se lamenta de la falta de evangelizadores y predicadores que tengan estas características, por eso dice con tristeza:

“¡”Oh Iglesia cristiana, cuan caro te cuesta la falta de aquellos tales enseñadores, pues por esta causa está tu faz tan desfigurada y tan diferente de cuando estabas hermosa en el principio de tu nacimiento! (…) ¿Sabes cual fue la causa de vida eclesial? Haber predicadores, encendido con fuego de amor celestial, que encendían los corazones de los oyentes al fervoroso amor de Jesucristo nuestro Señor” (Sermón 55,40-41).