Y ME HABLÓ LA MADERA...
https://www.youtube.com/watch?v=w9Bs0MTT7AE
A
continuación con cuatro maromas gordas, pero suaves, me rodearon quedando yo
fijo, inamovible, pero sereno.
A
continuación, ambos jóvenes tiraron de la manilla y toda mi existencia, iba
sobre ruedas, Llegó hasta la salida de aquel amplio almacén. Allí en la calle,
nos esperaban otros dos jóvenes y un viejo carro de madera al que estaban
uncidos unos bueyes, al parecer entrados en años.
Al
llegar a este lugar, otra vez el hombre del calzón verde y blusa negra comenzó
a dar órdenes: Arrimad el caro a aquel promontorio, ponedlo hacia a tras de
suerte que la base del carro llegue hasta la parte alta del promontorio. Antes
corred la plataforma hasta arriba del promontorio de suerte que con facilidad
pueda correr la plataforma y el tronco hasta dentro del interior del carro.
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