UNA CURIOSA
ENFERMEDAD
La cita que te brindo
hoy, la he recogido de Benedicto XVI, en su libro: “Una mirada a Europa”. La
refiere en la última página, en un breve epígrafe, titulado: La Iglesia. La frase esta tomada de Momo. Merece la pena meditarla:
Una curiosa enfermedad: “Al principio apenas
se nota. Un día, ya no se tienen ganas de hacer nada. Nada le interesa a uno,
se aburre. Y esa desgana no desaparece, sino que aumenta lentamente. Se hace
peor de día en día, de semana en semana. Uno se siente cada vez más descontento,
más vacío, más insatisfecho con uno mismo y con el mundo. Después desaparece
incluso este sentimiento y ya no se siente nada. Uno se vuelve totalmente
indiferente y gris, todo el mundo parece extraño y ya no importa nada. Ya no
hay ira ni entusiasmo, uno ya no puede alegrarse ni entristecerse, se olvida de
reír y llorar. Entonces se ha hecho el frío dentro de uno y ya no se puede
querer a nadie. Cuando se ha llegado a ese punto la enfermedad es incurable. Ya
no hay retorno. Se corre de un lado a otro con la cara vacía, gris, y se ha
vuelto uno igual que los propios hombres grises. Se es uno de ellos. Esta
enfermedad se llama aburrimiento mortal”.
Momo sintió un
escalofrío.
PARA ESCUCHAR