martes, 19 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


EL CAMINO MÁS LARGO

Ayer, por la mañana, no pude subir andando a Pamplona. Tenía que realizar unas gestiones familiares y me apuraba el tiempo.  Luego me reuní como todos los lunes, con mis amigos sacerdotes. Al terminar la reunión, decidí bajar andando a casa.

Tomé el camino más largo. El que baja por el Seminario, deja a la izquierda el complejo Club Ciudad Deportiva Amaya, pasa el río Arga, y bordea después el complejo Jardinería Arvena, se orienta hacia la tercera Agrupación Orvina, y poco después llega a la C/ Villafranca, Segunda Agrupación Orvina.

El camino me duró casi una hora. Sentí, en esta ocasión, el cansancio que otras veces no había experimentado. Tal vez fuera porque había comido bien o porque estoy un tanto desentrenado, o que un año más también pesa en mi.

Por el camino, como siempre, fui desgranando jaculatorias, haciendo algunos actos de desagravio y pidiendo insistentemente al Señor por Benedicto XVI y por su sucesor, que sea el que sea, le amo ya, como nos enseñó San Josemaría, de todo corazón.

Llegué a casa, como digo, un tanto cansado. Un breve rato de reposo y quedé como nuevo. Y aquí estoy, con ganas de colaborar, como un fiel jornalero, en la viña del Señor.

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