Hazte Oír peca por exceso
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Recibo constantemente correos electrónicos de “Hazte Oír” y sus
plataformas adheridas: “Derecho a Vivir” (que abandera mi admirada doctora
Gádor Joya), “Enraizados”, “Más Libres” y no recuerdo si alguna más,
proponiéndome en general la firma de apoyo a sus quejas, protestas o
peticiones a favor de alguna causa noble o en contra de desafueros
cristófobos.
Normalmente firmo sus justas y meritorias propuestas, salvo que sean
exclusivamente políticas, que de vez en cuando se meten en estos
berenjenales. Sus acciones no deberían tener nunca ninguna relación con los
enredos políticos, sino que a mi juicio deben mantenerse siempre por encima
de las miserias que encierran las luchas por el poder. Este es otro campo que
hay que saber acotar. Tampoco están obligados a ser altavoces de propuestas
políticas con olor a naftalina, aunque parezcan muy “católicas”. No se camina
hacia delante amarrados al pasado.
Lamento, en todo caso, que tanto “Hazte Oír” como sus voces derivadas
escriban tan largo y prolijo, agotando al paciente receptor de sus mensajes.
No sé de qué escuela sociológica americana son seguidores, pero, me digo, que
no querrán competir en pesadez con los telepredicadores evangélicos.
Aquilino Morcillo, director del diario católico “Ya” en su época gloriosa,
solía decir que lo bueno, si breve, es dos veces bueno. Un viejo refrán dice
también que “al amigo y al caballo, no cansarlo”. O lo que es lo mismo, no se
puede fatigar, abrumar, agotar a las personas predispuesta a colaborar
contigo, con escritos interminables, redundantes y reiterativos. Estoy seguro
que un profesional medianamente preparado sería capaz de reducir a un tercio
como poco, los extensos mensajes de Hazte Oír y compañía. Ganaríamos con ello
todos. A fin de cuentas el día no tiene más que 24 horas.
Ignacio Arsuaga y demás integrantes de estas plataformas deberían tenerlo en
cuenta, para no hacer perder el tiempo a las personas dispuestas a colaborar
en sus campañas. No sea cosa que por exceso de verbalismo se malogre, en todo
o en parte, la eficacia de sus demandas de apoyo.
Es sólo una sugerencia que tiempo atrás ya les hice con el mejor espíritu de
colaboración mediante un correo electrónico privado, pero se ve que están tan
ocupados en redactar esos larguísimos textos que no les queda margen para
contestar a las aportaciones ajenas como no sean económicas, que sin duda las
deben de necesitar, dado su gran trabajo y esfuerzo.
P.S. Ya he sacado el paraguas en previsión del diluvio universal que me puede
caer encima.
PARA ESCUCHAR
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“ALSERDELAPALABRA” presenta a sus seguidores, breves reflexiones nacidas de la experiencia de la vida ordinaria. Las escribiré con la frescura de lo sencillo y con la esperanza de lo sublime. Espero que mi pluma sea dócil y vuestra aceptación generosa.
lunes, 1 de diciembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
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