sábado, 11 de junio de 2011

  1. DESDE MI VENTANA
  1. Existen cosas, algunas muy cercanas a nosotros, que de ordinario nos pasan desapercibidas. Quizás por insignificantes; tal vez, por grandiosas. Creo que todas merecen, que alguna vez, les prestemos atención.  


SÁBADO 11 DE JUNIO DE 2011
Definición de papelera: “Una papelera es un recipiente en el que se depositan papeles usados y otros desperdicios. Puede encontrarse tanto en lugares cerrados (oficinas, hogares, lugares de ocio) como en el exterior (parques, plazas, avenidas, etc.).


Desde mi puesto de observación, es decir desde mi ventana, contemplo varias papeleras. Están colgadas de sendas farolas. Son de color verde obscuro. No son muy grandes. La parte inferior sirve para depositar papeles, pequeños desperdicios. La parte superior, semejante a una visera, es para que no penetre el agua o la nieve en su interior, cuando llueve o nieva.  La finalidad, pues, de las papeleras es mantener la calle limpia y servible, bonita. En más de una ocasión, con cierta parsimonia,  he depositado en su interior algún un papel viejo, boletos de rifa o lotería ya pasados. De esta manera, con un pequeño esfuerzo, he contribuido a que  la plaza siga limpia, la calle curiosa y la ciudad más bonita.  De vez en cuando, llega el barrendero del barrio y vuelca la papelera en su carro de basura. De este modo el instrumento queda de nuevo servible. Así ocurre en la vida: cada día depositamos en la papelera de nuestra conciencia pequeños defectos, acciones negativas, pingajos. Llega la noche y en un breve examen, lleno de dolor, volcamos todo lo acumulado durante el día. Una vez a la semana limpiamos mejor "nuestra papelera"; y una vez al año la damos un fregado más intenso. Y así, nuestra alma queda limpia, curiosa, servible, como las calles y las plazas de las ciudades. ¡Benditas papeleras y bendito vuelco diario!


REFLEXIÓN
En las cosas pequeñas se esconden las lecciones más grandes. Si pudiéramos mirar más que sólo ver. Si pudiéramos escuchar más que sólo oír...




CAMINO

817 La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante.