Mi Señor, mi Buen Pastor, Hijo del Padre, fuente
de luz, tormenta de fe, que vienes a sacudir nuestra dormida esperanza, que
nos envías a Tu Madre para enamorar nuestros fríos corazones, que luchas
con amor para conquistar los espíritus inquietos por las angustias del
mundo.
Óyenos Señor, escucha a tus hermanos aquí, juntos queremos seguirte, donde
Tú quieras que nuestros pasos se dirijan.
Nuestros corazones quieren pertenecerte, por siempre.
Nuestras almas sedientas de Tu luz solo quieren verte sonreír junto a Tu
Madre.
Envíanos Tus Angeles y Tus Santos, consuélanos con su presencia celestial.
Danos el consuelo infinito de saber que Tu Misericordia ve con ojos
agradables nuestro arrepentimiento por tanto error cometido.
No permitas que bajemos nuestras defensas contra el maligno y sus
tentaciones.
Haznos fuertes, Señor, haznos fuertes en la entrega a Vos, nuestro Dios.
Haznos pequeños y dóciles para que dejemos actuar a Tu Santo Espíritu en
nosotros, para que Tú te hagas cargo de nuestra vida.
Haznos confiados corderos de Tu rebaño, Señor, danos el abrazo de Tu
Voluntad, Señor. Que seas Tu quien nos guíe, que sea tu Madre quien nos
proteja.
No te alejes de nosotros, Señor, perdona nuestros errores y pecados, y
nuestra falta de fe.
Amén.
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