EL TIEMPO:
TEMA DE CONVERSACIÓN
A falta de temas de conversación, con
facilidad acudimos al tiempo que hace o el que pensamos que va hacer. Y así, con frecuencia, solemos saludarnos con estas o
parecidas expresiones: “Buenos días, ¡vaya mañana!, ¡qué frío!, lo peor es el
viento que sopla, cuando desaparezca comenzará a llover, en todo
caso, habrá que conformarse con lo que venga…. Qué vamos a hacer… y así, otras expresiones similares, según la estación en que vivamos. Esta ha sido la sencilla vivencia de hoy: del tiempo hablamos con la primera persona que me encontré. Aunque, a decir verdad,
enseguida, mi amigo cambió de conversación. Y comenzó a hablarme de la crisis.
Me dijo que se nota fuertemente la crisis. Que se está colando por todas las rendijas de
la sociedad. Y me puso varios ejemplos. No es el caso de referirlos, aquí y
ahora. Sólo quería señalar que ha aparecido un nuevo tema de conversación: la crisis. Hay más y de ellos hablaremos otro día. Hoy sólo tengo tiempo para escribir una frase que muchas veces oír decir a mis padres: “Al tiempo dejarle y a Dios rogarle”.
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