BODAS DE ORO SACERDOTALES
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Todo un símbolo.
Jesús sacerdote Eterno que se hace
presente y se hace presente a través de mi persona. El se oculta y yo aparezco,
pero el que realiza el misterio es El.
Yo en su nombre pronunciaré las palabras
de la Consagración y realizaré lo mandando en conmemoración suya.
Dios y hombre
mezclados en el misterio de la presencia del Señor, oculto en el Pan.
En este
momento de la celebración de las Bodas de Oro sacerdotales, brotan de mi alma
una vez más las siguientes palabras:
"Señor, gracias, perdón u ayúdame más".