sábado, 7 de diciembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

BODAS DE ORO SACERDOTALES 
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La séptima fotografía nos muestra unas manos. Son manos sacerdotales. Las manos sacerdotales son las manos de Cristo.


"En el día de la ordenación sacerdotal -escribió en cierta ocasión el Papa emérito, Benedicto XVI-, se le ungen las manos al presbítero con el santo Crisma. 

Es el Espíritu Santo el que "habilita", el que "capacita" esas manos para que sean las manos de Cristo consagrando y ofreciendo el sacrificio eucarístico, derramando la misericordia en la absolución, comunicando el Espíritu Santo al enfermo en la Santa Unción... 


¡Manos sacerdotales, manos ungidas, manos de Cristo!

Así lo pronuncia el obispo en la crismación: "Jesucristo, el Señor, a quien el padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, te auxilie para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio".

Ungido con el Espíritu Santo, ¡cuántas maravillas obrará un sacerdote, o mejor, obrará Cristo por medio del sacerdote!

¡Gracias, Señor, por haber ungido un día mis manos!