jueves, 31 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS




LO GRANDE 
FUE PEQUEÑO

Será en primavera y verano, cuando disfrutemos de la fragancia y el color de las flores que ahora se preparan y plantan. Pero antes tiene que pasar el duro invierno, el recio temporal, el frío y el hielo. No hay fruto sin sementera, ni cosecha sin trabajo.

Estos pensamientos me vinieron a la cabeza ayer, a primera hora de la mañana, cuando de camino a mi trabajo, observé a dos jardineros que preparaban el pequeño trozo de tierra que existe en medio del extenso de jardín de hierba.

Estamos a finales de enero, falta mucho hasta mayo. Pero sin esta preparación, obscura y silenciosa, sin este cuidadoso esmero de la tierra, sin un seguimiento después, no nacería el rosal, ni brotarían las yemas, ni nacerían las rosas.

Mientras caminaba, en mi interior iban saltando pensamientos paralelos, referidos a distintas acciones humanas. Pensaba: yo no habría llegado al sacerdocio,  si antes no hubiera pasado doce años en el seminario; ni hubiera existido el conductor del camión que esos momentos pasaba a mi lado, sin una preparación precisa; ni el dentista que abría su oficina, si no hubiera dedicado años a prepararse; ni el abogado que trabaja en la calle de abajo, sin una preparación anterior.

En resumen: el éxito exige un proceso; el fin pide un principio, lo grande nace siempre pequeño.  Y me vino a a la memoria el número 821 de Camino que dice: No me olvides que en la tierra todo lo grande ha comenzado siendo pequeño. —Lo que nace grande es monstruoso y muere”.

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