domingo, 20 de marzo de 2011


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Cuando Roberto Torres (Dougray Scott), un periodista de investigación que vive en Londres, visita España en 1982 para hacer una serie de investigaciones sobre el
Opus Dei, institución sobre la que piensa escribir un libro, se encuentra con un muro. Su más preciada fuente de información, su padre, Manolo Torres (Wes Bentley), se resiste a contarle la dolorosa historia que le relaciona con el fundador, Josemaría Escrivá (Charlie Cox).
La historia se remonta a principios del siglo XX. Aunque Manolo y Josemaría eran amigos desde la infancia, sus vidas tomaron unos derroteros radicalmente distintos. Josemaría, el hijo mayor de una familia unida, marcada por una serie de
muertes trágicas, se convirtió en un sacerdote lleno de ideales; mientras que Manolo –hijo de un rico industrial, que lo educó de forma autoritaria y fría– fue desarrollando con el paso de los años un odio implacable hacia los sindicatos y la
revolución.
A mediados de los años treinta, cuando España entró en la espiral que la condujo hasta una guerra fratricida, Manolo simpatizó con el bando nacional y se infiltró en las filas republicanas como espía.
La doble vida de Manolo se complicó aún más al enamorarse locamente de una bella húngara revolucionaria, Ildiko (Olga Kurylenko), que lo rechazó desde el primer momento, prefiriendo a un valiente líder revolucionario, Oriol (Rodrigo
Santoro). Desde aquel momento, el odio y la venganza comenzaron a echar raíces en el corazón de Manolo, provocando unas consecuencias brutales en sus vidas.
Mientras tanto, en otro lugar de Madrid, varios estudiantes católicos seguían a un joven sacerdote, Josemaría Escrivá, en medio de diversas peripecias. Cuando se desencadenó la guerra y se comenzaron a incendiar iglesias y a asesinar sacerdotes, Josemaría trata de evitar el círculo vicioso del rencor y la violencia.
Eran tiempos peligrosos en los que Josemaría se vio forzado a huir, vestido de civil, escapando del cerco de las milicias anticlericales. Sin embargo, continuó con su trabajo, en ocasiones en los lugares más insospechados, como el Zoo, hasta que sus seguidores le aconsejaron que se escondiese en una clínica para enfermos mentales.
Poco después Josemaría se vio forzado a huir cruzando los Pirineos junto con sus seguidores, mientras que Manolo, Oriol e Ildiko luchaban en el bando republicano, sufriendo las consecuencias de las traiciones de Manolo.
Abandonados en el frente de guerra, a causa de las disputas políticas de sus dirigentes, inmersos en el horror y en la desesperación de la guerra, Oriol e Ildiko
se refugiaron en su pasión amorosa, soñando en reunirse tras la muerte que les acechaba por todas partes. Mientras tanto, Manolo, dominado por los celos, trazaba un plan para castigar a los amantes y salvarse del peligro. Y en la tragedia que les sobrevino no hubo salvación para ninguno.
Cuando se desvela la verdad de las vidas de Manolo y Josemaría, en el desenlace de la película, Roberto tiene que enfrentarse a un reto similar al que el resto de personajes vivierion durante la guerra, 50 años atrás. Ese reto le plantea la
oportunidad de olvidar el pasado y vencer a sus propios dragones interiores mediante un acto de perdón, o de dejarse vence por ellos definitivamente. Robert es un periodista decidido que se pone como objetivo realizar una investigación sobre unos acontecimientos ocurridos durante la Guerra Civil Española. La complicación es añadida, ya que su propio padre estuvo involucrado en ellos. Junto a él, un joven sacerdote llamado Jose María Escrivà de Balaguer, que tendrá un papel crucial en el desarrollo de los hechos.
El relato de su padre, años después, servirá para que Robert descubra una historia fascinante y llena de dolor, donde la traición y los celos serán los protagonistas, y que le servirá para conocer mucho mejor los horrores de una guerra entre hermanos y vecinos.






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