viernes, 24 de mayo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


DEL LIBRO SAN JUAN DE ÁVILA. 
EXPERIENCIA DE FE


REFORMACIÓN URGENTE
CUARTO

 
Una intuición de San Juan de Ávila es la de considerar que toda la Iglesia, comenzando por sus pastores, es la que tiene que ponerse en estado de misión ante la nueva sociedad naciente. De aquí que crea que haga falta una reformación urgente de obispos, de sacerdotes y de todos los cristianos.

En una Iglesia en la que tienen una preferencia las órdenes religiosas, San Juan de Ávila cree que son los obispos diocesanos, con sus respectivos presbiterios diocesanos, los encargados de esta renovación y de la evangelización de la sociedad, pues son fundamentalmente ellos los que forman el cuerpo de la Iglesia, sin excluir los otros carismas, que se integran en el gran cuerpo de la Iglesia, aportando su respectiva riqueza.

Ahora, eso sí, unos presbiterios que deben ser formados desde las mismas raíces, desde el Seminario, para que estén verdaderamente impregnados de un espíritu eclesial diocesano.

Para que la Iglesia sea capaz de este necesario impulso misionero tiene que prestar una atención prioritaria a los sacerdotes seculares y a las parroquias. Es por ello por lo que el Santo Maestro dedica todas sus energías a favorecer la santidad de los sacerdotes y la formación permanente integral de los mismos.

Incluso en las misiones populares que diseña para Sierra Morena y todas las Misiones la consigna era la de dirigirse en primer lugar al sacerdote, con frecuencia aislado cada uno en su parroquia, y con poca formación e integración eclesial, para darle una catequesis sobre la identidad sacerdotal, y animarle y ayudarle en su misión.