miércoles, 18 de febrero de 2015

VIEJOS ESCRITOS

Y ME HABLÓ LA MADERA
Y así fue como siguió el relato: 
“En la serrería donde yo descansaba, además de los trabajos de encargo que se hacían, en su mayor parte consistía en trocear troncos y preparar tablas de distintos tamaños y grosores, se distribuía madera en bruto para otros lugares. A veces, eran pequeños ebanistas o carpinteros quienes acudían allí en busca de madera; otras veces, eran carreteros que necesitaban material para hacer nuevos carros o arreglar los viejos; en ocasiones acudían a comprar madera los panaderos. Esos dolían llevar recortes, trozos pequeños, madera en condiciones defectuosas, pero que para quemar era muy buena.

También acudían hasta allí, yo los había visto algunas veces, hombres de taller, artistas de arte sacro, escultores en madera con el fin de hacer provisión de buenos troncos, tanto por su aspecto exterior y clase de madera como por su aspecto interior y docilidad de la misma. Estos eran, las más de las veces, los compradores más exigentes y también los más agradecidos y estimados.
PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=z2jorWJy-vg