viernes, 24 de septiembre de 2010

EL HIJO DEL HOMBRE
VIGÉSIMA QUINTA SEMANA DEL T. O.

SÁBADO
SAN LUCAS 9, 43B-45

CON UN SOLO GOLPE DE CLIK http://www.unav.es/

Todos quedaron asombrados de la grandeza de Dios.
Y estando todos admirados por cuantas cosas hacía, dijo a sus discí-pulos:
—Grabad en vuestros oídos estas palabras: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres.
Pero ellos no entendían este lenguaje, y les resultaba tan oscuro, que no lo comprendían; y temían preguntarle acerca de este asunto.

Tu fama, Señor, iba en aumento. La gente te seguía entusiasmada. Las curaciones iban creciendo. Muchos te alababan en público, otros lo hacían en privado. Todos estaban cada vez más admirados de tus palabras, de tus obras, de tu persona.

Quizás por eso, porque tu fama iba subiendo, un día en el que todos tus discípulos rebosaban de felicidad y se las prometían muy felices, les dijiste: Grabad en vuestros oídos estas palabras. Y del oído, pasarían al cerebro, al corazón, al santuario íntimo de cada uno.

Y sin respirar, con voz pausada y firme, dijiste: El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres. Un jarro de agua helada no hubiera caído peor. A todos se les cambió el color de la cara y el corazón comenzó a moverse a un ritmo trepidante. ¿Habían oído bien?

Habían oído bien. Pero no entendían este lenguaje. Nada parecido habían escuchado nunca. Y les resultaba tan oscuro, que no lo comprendían. Se hablaban unos a otros, seguían sin poder explicserlo. Y temían preguntarte, Señor, sobre esto. Y Tú, Señor, es posible que sonrieras, sufriendo en tu interior.