DÍA 22 DE AGOSTO DE 2011
UN HOMBRE BUENO Y GENEROSO.
SOLO DIOS BASTA
Todavía hay hombres buenos entre nosotros. A veces, manifiestan su bondad en actos sencillos, pequeños, pero llenos de generosidad. En otras ocasiones, las más, su bondad y buen hacer, pasan desapercibidos, ocultos, encerrados en lo secreto, en el lugar que Dios ve y premia.
Ayer llegó a la sacristía uno de esos hombres buenos; uno de esos hombres que viven su fe en espíritu y en verdad. Llegó, un poco fatigado, cuando yo, revestido de los ornamentos sagrados, me disponía a celebrar la Misa de once y media.