viernes, 1 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



UNA LABOR CALLADA

Ayer era el último jueves del mes de enero. Todos los últimos jueves de mes, en nuestra Parroquia, se reparten alimentos a un grupo de familias necesitadas. Algunas son españolas, la mayoría son extrajeras. Los hay de religión católica, también ortodoxos y algunos musulmanes. Se le ayuda a todos.

Ayer jueves, a pesar del frío, a las siete y media de la mañana ya estaban los salones parroquiales abiertos. Cuando yo llegué a la Iglesia, hora y media más tarde, acudían hombres y mujeres con sus carros a recoger el lote para ellos preparado.

Finalizada la Misa regresé a casa. Volví de nuevo a la parroquia. Eran las once y media y seguían llegando gente a recoger alimentos. ¡Qué hermoso, pero qué pena!

A la una y media, más o menos, salí del despacho a despedir a una feligresa. En ese momento las encargadas de Caritas cerraban los locales parroquiales.
Hablé con ellas un poco  y me dijeron: Hoy han llegado diez familias más. En total son más de setenta familias a las que hemos ayudado.

Pensé: ¡Una gran labor, callada y humilde!.

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