sábado, 1 de febrero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

COMENZAR DE NUEVO


Y otro día es hoy. Y  otro mes, pues hoy iniciamos el mes de febrero. Y además, también hoy, después de una larga temporada, he comenzado a pasear, a moverme. Una hora he estado paseando esta mañana, mañana lluviosa de invierno, pero muy agradable. No sé cuál era la temperatura, pero hacía bueno, se podía pasear a gusto.

Elegí un recorrido muy trillado para mí, es decir un recorrido hecho, antes más (como se dice aquí en Navarra), en muchas  ocasiones. Terreno llano, excepto un pequeño repecho a la vuelta. Eso es lo que aconsejan los médicos.

Y por el camino, lo mismo de siempre: las últimas hojas caídas de los árboles, ahora pegadas en el suelo; los coches que salpican con el agua estancada en pequeños charquitos, cuando pasan al lado de los que pasean; los campos de cereales, ya nacidos, con sus pequeños tallos al exterior, pero ahora crecen para adentro; los edificios quietos en sus sitios, más obscuros y más viejos, pero los mismos.

Y como el pasear, como el saber, no ocupa lugar, mientras he paseado he podido rezar, pensar, planear, cavilar, reflexionar, proyectar, sospechar, recelar… y mil cosas más que no son del caso.

En resumen: todo igual. Como si no hubieran pasado los meses, los años, el tiempo: “Precisamente tu vida interior debe ser eso: comenzar… y recomenzar” (San Josemaría en Camino 292).



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