domingo, 6 de mayo de 2012


DÍA 6 DE MAYO DE 2012

HACER AMISTADES

Me encontré con él en la calle. Iba, como tantas veces, dando un paseo. Tan pronto como me vio me saludó desde lejos y poco a poco nos fuimos acercando. Ya a su lado, me dijo: “No puede ser, no puede ser. Tengo que dejar de ir al Club de Jubilados”.

Le pregunté por qué. Y me respondió: Porque allí llego, siéntome, y dale que te pego a las cartas. Hasta las siete o más. Tres o cuatro horas, sentado. No puede ser. No puede ser, porque luego me hago la prueba de la sangre, y se dispara. Ayer tenía 350.

Traté de aconsejarle. Vaya usted un poco menos. Y, sobre todo esté menos tiempo. Al fin me dijo que lo mejor era no ir. Porque “muerto el perro se acabó la rabia”. Me pareció bien la conclusión a la que había llegado.

Anduvimos un poco más. Cuando casi nos íbamos a despedir me preguntó. No me ve más guapo. Pues sí, le dije. Es que me he puesto dentadura. Me enseño su flamante dentadura, sonrió y nos despedimos.

Estoy contento con este hombre. Desde que le saludo por la calle, acude a Misa todos los domingos. Creo que ha valido la pena perder algún rato charlando con él. Buen hombre.

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