miércoles, 8 de mayo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

ORDENACIÓN SACERDOTAL 
DE DIÁCONOS 
DE LA PRELATURA 




Roma, Basílica de San Eugenio, 
4-V-2013

Homilía de Mons. Javier Echevarría, 
Prelado del Opus Dei

Queridísimos ordenandos. Queridos hermanos y hermanas.

1. A lo largo de las semanas anteriores, hemos sido testigos y protagonistas de un gran evento en la vida de la Iglesia: el inicio de un nuevo pontificado. Testigos porque hemos contemplado una vez más la actuación soberana del Espíritu Santo, que sobrepasa las previsiones humanas. Y protagonistas porque, como miembros vivos de la Iglesia, hemos rezado mucho y seguimos rezando, para que estas circunstancias nos estimulen a todos los católicos a esforzarnos aún más en la santificación personal y en el apostolado.

El tiempo pascual nos hace presente a Cristo glorioso, vencedor del pecado y de todos los males. El Señor desea que todos nosotros le hagamos presente en los ambientes familiares, sociales, profesionales, en los que nos encontramos. La vocación divina —enseña san Josemaría— nos da una misión, nos invita a participar en la tarea única de la Iglesia, para ser así testimonio de Cristo ante nuestros iguales los hombres y llevar todas las cosas hacia Dios[1].