sábado, 24 de mayo de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

SI A MI ME HAN PERSEGUIDO 
TAMBIÉN OS PERSEGUIRÁN A VOSOTROS


Hay una razón más para pensar que sea de nuevo el momento de abandonar con audacia lo que hay de mundano en la Iglesia. Lo que no quiere decir retirarse del mundo. 

Una Iglesia aligerada de los elementos mundanos es capaz de comunicar a los hombres -tanto a los que sufren como a los que los ayudan- precisamente en el ámbito social y caritativo, la fuerza vital especial de la fe cristiana. (...) Sólo la profunda relación con Dios hace posible una plena atención al hombre, del mismo modo que sin una atención al prójimo se empobrece la relación con Dios. 

Estar abiertos a las vicisitudes del mundo significa por tanto para la Iglesia "desmundanizada" testimoniar, según el Evangelio, con palabras y obras, aquí y ahora, la señoría del amor de Dios. Esta tarea, además, nos remite más allá del mundo presente: la vida presente, en efecto, incluye la relación con la vida eterna. Vivamos como individuos y como comunidad de la Iglesia la sencillez de un gran amor que, en el mundo, es al mismo tiempo lo más fácil y lo más difícil, porque exige nada más y nada menos que el darse a sí mismo. Benedicto XVI, 25 de septiembre de 2011.


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