Hola amigo:
Estoy delante del ordenador. Miro por mi ventana. Escribo lo que veo. Al final, una breve nota y un punto para la reflexión.
Día 20 de Mayo de 2011
Hoy he vuelto a mirar por la ventana de mi despacho. Delante de mis ojos: un niño de no más de dos años de edad, de pie, esperando recibir alguna cosa. Junto a él, su madre, dispuesta a complacer a su hijo. En el suelo, dos pequeños coches de juguete de color azul. Mi primer pensamiento: aquí está el pasado, el presente y el futuro. El pasado era yo; el presente la joven madre y el futuro el pequeño niño. Luego volví los ojos al cuadro que tengo en mi despacho. Representa a María con el Niño en sus brazos. Y despacio, recé la oración que transcribo en el apartado: Reflexión. Te invito a que la reces y reflexiones sobre ella un momento.
Reflexión
"Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
882 Cuando quieres hacer las cosas bien, muy bien, resulta que las haces peor. —Humíllate delante de Jesús, diciéndole: ¿has visto cómo todo lo hago mal? —Pues, si no me ayudas mucho, ¡aún lo haré peor!
Ten compasión de tu niño: mira que quiero escribir cada día una gran plana en el libro de mi vida... Pero, ¡soy tan rudo!, que si el Maestro no me lleva la mano, en lugar de palotes esbeltos salen de mi pluma cosas retorcidas y borrones que no pueden enseñarse a nadie.
Desde ahora, Jesús, escribiremos siempre entre los dos.
