lunes, 20 de septiembre de 2010

¿QUINES SON MIS HERMANOS?
SEMANA DEL T. O.
MARTES
SAN LUCAS 8, 19-21

CON UN SOLO GOLPE DE CLIK
http://www.youtube.com/watch?v=XWz21hqfnOA&feature=player_embedded#!


Vinieron a verle su madre y sus hermanos, y no podían acercarse a él a causa de la muchedumbre. Y le avisaron:
—Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte.
Él, en respuesta, les dijo:
—Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la cumplen.

Hacía un tiempo que habías salido del hogar de Nazaret. Allí había quedado tu Madre —sencilla y humilde como siempre—, so-la y retirada. Aunque tu Madre nunca estaba sola, vivía siempre en la presencia de Dios, Dios habitaba en Ella. Me imagino la casa de Nazaret, pequeña, pobre, austera, limpia, agradable. Y a tu Madre, Señor, me la represento feliz, dichosa, entretenida en el pequeño quehacer de cada instante, metida en Dios en todo momento.

Como a todas las madres les gusta saber de sus hijos, le gustaría a la tuya, Señor, saber del desarrollo de tu vida pública. Tú mismo procurarías enviarle noticias, mensajes, de vez en cuando. Y ella estaría al tanto de tus predicaciones, de las curaciones que hacías, de las acusaciones que te hacían, de las incomprensiones, de las envidias de unos y de otros.

Mas un día, quizás empujada por algunos de tus parientes, decidieron acercarse hasta Ti y poder verte, tener noticias de primera mano. Así lo hicieron, pero cuando llegaron donde Tú estabas “a causa de la muchedumbre” no pudieron acercarse. Uno de tus discípulos intervino: Señor, “tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte”.

Tú, Señor, sin otro comentario dijiste: “Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la cumplen”. Y no dijiste más.

Para Ti, Señor, “y para el lector del Evangelio de San Lucas esas palabras incluyen en primer lugar a María, modelo de fe. Durante toda su vida —dice el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 149— y hasta su última prueba, cuando Jesús, su Hijo, murió en la cruz, su fe no vaciló. María no cesó de creer en el cumplimiento de la Palabra de Dios. Por todo ello, la Iglesia venera en María la realización más pura de su fe” .

Es de creer que resolverías el asunto y hablarías con tu madre y parientes y les darías las gracias por el detalle de haber venido a saludarte.