sábado, 21 de mayo de 2011


DESDE MI VENTANA

Hola amigo:

Si has entrado más veces en mi blog, no hace falta que leas estas líneas. Son siempre las mismas. En ellas explico mi situación geográfica: estoy delante del ordenador, miro por mi ventana, escribo lo que veo. Al final, presento una breve nota y unos puntos para la reflexión.



Día 21 de Mayo de 2011

Hoy tengo la persiana baja. Apenas veo la calle. Solo un rincón de la plaza. Allí, en el rincón de la plaza, no se si abandonada o no, aparece una silla de niño. Es pequeña. De color negro. Tiene cuatro ruedas. Encima de la manilla hay algo de ropa. La silla, es una tarde soleada, produce una pequeña sombra. Cuando termino de escribir estas líneas y de nuevo dirijo mi mirada al exterior, contemplo que han desaparecido la silla, la ropa y la sombra. Este sencillo hecho, me hace pensar en algo de más calado. Pienso: como pasan las cosas, los años, las horas, la vida. Y el sol sigue cayendo con fuerza sobre las baldosas de la plaza. Las hojas de los árboles se mueven levemente. En mi corazón nace una esperanza.

Reflexión

"Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar a la mar/ que es el morir;/ allí van los señoríos/ derechos a se acabar/ y consumir;/ allí los ríos caudales,/ allí los otros medianos/ y más chicos,/ allegados son iguales,/ los que viven por sus manos/ y los ricos". (Jorge Manrique)


"Camino"


738 A los "otros", la muerte les para y sobrecoge. —A nosotros, la muerte —la Vida— nos anima y nos impulsa.

Para ellos es el fin: para nosotros, el principio.