DÍA 12 DE DICIEMBRE DE 2011
"Dios amaba a Comgall y
Comgall a su vez amaba a Dios"
Un buen libro es como un buen amigo. Te acompaña, te enseña, te sigue, te anima. Por eso, debemos estimar muchos los buenos libros, como debemos estimar a los buenos amigos.
Ayer me tropecé, en uno de esos buenos libros, la siguiente anécdota, que a continuación transmito, recogida a su vez de otro libro: “En un antiguo libro que procede, de la célebre abadía irlandesa de Bangor hallamos unas loas a los abades anteriores de este monasterio.
En primer lugar es citado el abad Comgall. El poeta sabe muy poco de él. Sin embargo, lo que dice vale más que si hubiera escrito un grueso tomo para celebrar los hechos gloriosos del abad. Todo lo que sabe el autor sobre el primer abad de Bangor lo resume en dos versos.
Dios amaba a Comgall y
Comgall a su vez amaba a Dios.
"Dios amaba a Comgall y
Comgall a su vez amaba a Dios"
Un buen libro es como un buen amigo. Te acompaña, te enseña, te sigue, te anima. Por eso, debemos estimar muchos los buenos libros, como debemos estimar a los buenos amigos.
Ayer me tropecé, en uno de esos buenos libros, la siguiente anécdota, que a continuación transmito, recogida a su vez de otro libro: “En un antiguo libro que procede, de la célebre abadía irlandesa de Bangor hallamos unas loas a los abades anteriores de este monasterio.
En primer lugar es citado el abad Comgall. El poeta sabe muy poco de él. Sin embargo, lo que dice vale más que si hubiera escrito un grueso tomo para celebrar los hechos gloriosos del abad. Todo lo que sabe el autor sobre el primer abad de Bangor lo resume en dos versos.
Dios amaba a Comgall y
Comgall a su vez amaba a Dios.