miércoles, 16 de abril de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

MIÉRCOLES SANTO 2014


SALMO DE LOS DOS CAMINOS

Aquí estoy, Señor Jesús, a la vera del camino, sin camino;
mis pasos buscan tus huellas donde poner mis pisadas
la vida y la muerte están ante mí como un reto;
el bien y el mal se cruzan en mi corazón
que sin descanso busca, pide y llama.

Quiero ser dichoso, hombre en camino;
yo quiero ser libre con la libertad de tu Evangelio.
Quiero hacer de tu Evangelio norma de vida
y escucharlo día y noche hasta que penetre el fondo del alma.

Quiero ser, Señor Jesús, como el árbol que crece junto al río
y bebe en profundidad y hondura en las corrientes del agua.
Quiero dar en su tiempo frutos de paz y bien,
y dejar que las semillas que has sembrado en mí se abran.

No dejes jamás, Señor, que se marchiten mis hojas verdes,
ni que el viento las arranque, una a una, de sus ramas.
Quiero seguir el camino del hombre nuevo,
del hombre que dice sí a la vida y con tesón la guarda;
no quiero ser como paja que lleva el viento
y hace de ella un juego fácil entre sus alas.

Quiero ser desde mis raíces y mi historia de ilusiones y fracasos,
desde mis luchas y mis crisis un camino de esperanza
abierto hacia la Vida eterna, donde tú moras
y donde esperas con un corazón de amigo, mi llegada.

Tú eres, Señor Jesús, el camino de un corazón joven;
el camino de la vida en la cruz entregada
por la salvación del hombre, de todo hombre que busca
en ti la respuesta cierta y segura en la encrucijada.

Señor Jesús, contigo se hace el camino suave y ligero,
al llevar entre tú y yo ¿los dos juntos? esta pesada carga.
Quiero ser discípulo tuyo, y aprender de ti, Maestro,
a ser libre como el viento, en tu Espíritu, que guía y salva.