sábado, 20 de julio de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

DEBERES Y DERECHOS 
DE UN CAPELLÁN DE MINAS

BARRUELO EN LOS AÑOS 60/70

El nombramiento que había recibido del Obispo de Palencia, era el siguiente: “Capellán de Minas y Coadjutor de la Parroquia de Santo Tomás de Barruelo de Santullán”.

Al ser nombrado Capellán de Minas de Barruelo y Coadjutor de la Parroquia, para algunas cosas dependería del Director de Minas y para otras del Párroco del pueblo.

Don Manuel Palacios, que así se llamaba el Párroco, como ya he apuntado más arriba, al día siguiente de presentarme ante él, me dijo que sería conveniente visitar al Director de Minas cuanto antes y que él me acompañaría.

El día 11 un poco después de las doce, llegamos al Despacho del Director de Minas. Nos recibió con gran amabilidad. Después de los saludos de rigor, brevemente, me informó de cuales eran mis obligaciones y también cuales eran mis derechos como Capelán de Minas.

Estas eran las obligaciones: atender espiritualmente a las Hermanas de la Caridad y a los Hermanos Maristas, Colegios que dependían económicamente de Minas de Barruelo; visitar si hiciera falta a mineros heridos en los pozos y estar en contacto con la Empresa. Y poco más.

Como prestaciones, Minas se comprometía a pasarme un sueldo mensual, por cierto, superior al que percibían entonces los sacerdotes;  me proporcionaba casa donde vivir, con gastos de agua, luz y carbón pagados; asistencia de médico y practicante de la Empresa; y además, podría acudir al economato de Minas, abierto para sus empleados, para adquirir alimentos a precios más baratos.

Mañana hablaré de la casa.