jueves, 2 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

BODAS DE ORO SACERDOTALES
(33)



Era una hermosa tarde de verano. Habíamos salido a pasear. Esta vez, elegimos la carretera que va desde Villasarracino a Villaherreros. Es una carretera reciente, poco más de medio siglo desde que se realizó. Era yo un mozalbete y me acuerdo bien. Antes estos dos pueblos se comunicaban sólo  por un camino carretero, paralelo a la carretera actual .

Pues bien, íbamos caminando y charlando o si se prefiere al revés, charlando y caminando, cuando llegamos a una finca sembrada de girasoles. Antes por estos pagos de Castilla, no se sembraban girasoles en fincas tan grandes. Tan solo en algunas huertas se sembraban girasoles (giganteas les llamábamos), comestibles sus granos en su maduración.

Ahora se siembran grandes cantidades de girasoles. Fincas y más fincas. Una muestra es la extensión sembrada que se ve en la fotografía. Le da al verano castellano un tinte de alegría.

Allí, en esa finca de girasoles, con los brazos en cruz, abiertos al mundo y dirigidos al cielo, eleve una sencilla acción de gracias y una plegaria confiada.

Los ruidos de los coches y el cantar de los pájaros, no distrajeron a quien realizó esta simpática fotografía, fotografía que fue recogida en el reportaje de mis Bodas de Oro Sacerdotales.

¡Que Dios sea bendito, por los siglos de los siglos. Amén.


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