Y me habló la madera
Sin dejar de atender a la Santa, que me
estaba hablando, comencé a hacer un rato de oración.
Aquel día el texto que había escogido para tratar de amistad con el Señor, era el número 499 de Camino, que dice así: “María Santísima, Madre de Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo. - Aprende de Ella a vivir con “naturalidad”.
Aquel día el texto que había escogido para tratar de amistad con el Señor, era el número 499 de Camino, que dice así: “María Santísima, Madre de Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo. - Aprende de Ella a vivir con “naturalidad”.
Con naturalidad quería yo vivir y lo
intentaba. Por eso, traté de orillar aquellas voces interiores que Santa Teresa
me enviaba.
Y le pedí a Dios, por medio de María, que me ayudase a ser fiel, sencillo, normal. Pero otra vez, la voz de la Santa llegaba a los oídos de mi alma. Y oí que me decía: (SEGUIRÁ)
Y le pedí a Dios, por medio de María, que me ayudase a ser fiel, sencillo, normal. Pero otra vez, la voz de la Santa llegaba a los oídos de mi alma. Y oí que me decía: (SEGUIRÁ)
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