sábado, 4 de junio de 2011

DESDE MI VENTANA

Hay nubes altas en el cielo. Abundantes claros y un viento que mueve suavemente las ramas de los árboles. 



SÁBADO 4 DE JUNIO DE 2011

Esta tarde, desde mi ventana contemplo "muchas" ventanas. No las quiero contar porque sin moverme, no las diviso todas. Sólo me hago unas preguntas: ¿Verán los demás desde sus ventanas, lo que yo contemplo? ¿Lo verán como yo lo veo? ¿Alcanzarán a profundizar en la esencia de las cosas, como yo trato de penetrar? Es posible que vean lo mismo que yo, incluso más y mejor de lo que yo lo veo. Quizás incluso lo vean con más agudeza con que yo lo admiro. Es posible que penetren en la realidad con más agudeza de lo que yo lo hago. No lo sé. Sólo quiero decir que el mundo es maravilloso si lo miramos con ojos claros, con mirada limpia, con corazón humilde. Le doy gracias a Dios, por haberme concedido la gracia de saber ver el lado bueno de la creación entera. Y pido para todos, ojos y corazón sinceros. Esta tarde, desde mi ventana veo "muchas" ventanas. Sueño en miradas limpias y agradecidas.


REFLEXIÓN
-¡Cómo se manifiesta Dios a quienes lo buscan con sincero corazón! No se necesita una mente profunda para descubrir a Dios, sino unos ojos limpios. (En St. Louis, de Kentucky)







CAMINO

145 Frente de Madrid. Una veintena de oficiales, en noble y alegre camaradería. Se oye una canción, y después otra y más.

Aquel tenientillo del bigote moreno sólo oyó la primera:
Corazones partidos/ yo no los quiero;/ y si le doy el mío,/ lo doy entero.
"¡Qué resistencia a dar mi corazón entero!" —Y la oración brotó, en cauce manso y ancho.