Y ME HABLÓ LA MADERA
https://www.youtube.com/watch?v=WSoKwWAYtGE
Al
llegar a, pero…, me llamaron desde la puerta de la sacristía. Había
llegado un compañero sacerdote que requería mi presencia. Me dirigí hasta la
sacristía y, en efecto, allí se encontraba un buen amigo mío: Jesús Mari.
Poco nos
costó entrar en conversación. Entre otras cosas me contó que le habían regalado
una reliquia de Santa Teresa y su relicario. Me lo enseñó de inmediato. El
relicario era de plata, sencillo, pero digno. En su interior recogía una
reliquia de la Santa castellana. Le di la enhorabuena y me llené de
satisfacción y de alegría, porque hacía años que estaba esperando esta noticia.
Volví al
templo. Y de nuevo llegó a mis oíos la voz que venía oyendo desde hacía unos
días. Y como si la información no hubiera hecho más que pararse unos instantes,
oí: “pero rechacé aquellos pensamientos, no sé si como sublimes o como
inútiles. Y volví a dormir la quietud de la madera. De vez en
cuando volvían a mi cabeza las biografías de aquellos personajes. Y daba
vueltas a las cosas, a los datos, a las fechas, pero no acababa de aclararme.
El tiempo para mí, desde que me cortaron las raíces, había dejado de ser algo
importante.
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