BUEN PASTOR |
SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO
MARTES
SAN MATEO 18, 12-14CON UN SOLO GOLPE DE CLIK
http://www.youtube.com/watch?v=EkGAp-Xze2Y
»¿Qué os parece? Si a un hombre que tiene cien ovejas se le pierde una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en el monte y saldrá a buscar la que se le había perdido? Y si llega a encontrarla, os aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se habían perdido. Del mismo modo, no es voluntad de vuestro Padre que está en los cielos que se pierda ni uno solo de estos pequeños.
La figura del pastor, Señor, debía ser muy bien conocida por tus discípulos. También a Ti, te gustaría fijarte en los pastores que caminaban delante de su rebaño. Y te agradaría contemplar las ovejas que salían del aprisco y que volvían de los pastos. En más de una ocasión habrías observado que no volvían todas.
Pasado el tiempo, un día te llamaste a Ti mismo el Buen Pastor, y afirmaste con autoridad y aplomo que conocías bien a tus ovejas y que las tuyas te conocían a Ti.
Y otro día, dirigiéndote a tus discípulos, les hiciste una sencilla pregunta que Tú mismo respondiste: dejará las noventa y nueve en el monte y saldrá a buscar la que se le había perdido.
Cien ovejas; una que se pierde. Y dices Tú, Señor, que el buen pastor deja las noventa y nueve y va tras la perdida. Tú, Señor, hiciste esto muchas veces, dejaste el rebaño y te fuiste en busca de la oveja extraviada. Lo hiciste, lo has hecho y sigues haciéndolo. ¿Quién no ha sentido, alguna vez, Señor, el calor de tu presencia?
Y añadiste: el buen pastor cuando halla la oveja extraviada, traviesa, juguetona, salta de gozo, la acaricia con sus fuertes manos, la echa sobre sus anchos hombros y brinca de alegría. Y al llegar al redil en presencia de las noventa y nueve hace fiesta con los suyos y, al atardecer, ya solo, descansa de tanta fatiga en la paz del silencio.