3 DE FEBRERO DE 2020
Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por
su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales.
Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina
de pescado.
Este sería el origen de la costumbre de bendecir las
gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero. Se le acercaban también los
animales enfermos para que les curase, pero en cambio no le molestaban durante
su tiempo de oración.
Cuando llegó a Sebaste la persecución de Agrícola,
gobernador de Capadocia, contra los cristianos, que fue la última persecución
romana, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en
el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva
de san Blas. Allí encontraron a Blas en oración y le detuvieron.