viernes, 20 de febrero de 2015

VIEJOS ESCRITOS

Y ME HABLÓ LA MADERA
Después del rato en el que los cuatro señores arriban descritos, estuvieron hablando de fiestas y de ferias, de limosnas y de contribuciones, uno de ellos, el fraile más regordete, dijo: Vayamos al grano.
Al principio pensé que iba a tratar de compras de trigo, avena, cebada u otros cereales -porque mi amo también poseía grandes campos de estas semillas- pero enseguida me di cuenta que no; que de lo que trataban era de mi. De poner precio a mí ser, a mí existir: cuánto pedían los vendedores y cuánto estaban dispuestos a dar los compradores por mí.

Hablaban que necesitaban un tronco hermoso de pino para hacer una imagen de la nueva santa carmelitana: Teresa de Ávila. 
Y la necesitaban ya. Habían pasado 40 años desde que se fundara el convento de Carmelitas de Pamplona en que tanto empeño puso Teresa de Ahumada, aunque no le vio erigido. Era de justicia y caridad dedicar un altar de la capilla del convento a la nueva santa y para ello había que hacer una imagen. Se habían fijado en mí.
PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=Cs9PwqgoeJA