MARÍA VISITA A SU PRIMA
SANTA
ISABEL
Y si nuestro
salmo comienza con los primeros versos proclamando "beato" a
"quien camina en la Ley del Señor" y a "quien custodia sus
enseñanzas", es también la Virgen María la que lleva a cumplimiento la
perfecta figura del creyente descrito por el salmista.
Es Ella, de hecho, la verdadera
"beata", proclamada como tal por Isabel por "haber creído que se
cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor", y es de Ella y de su
fe de quien el mismo Jesús da testimonio cuando, a la mujer que gritaba
"Bendito el seno que te ha llevado", responde: "Felices más bien
los que escuchan la Palabra de Dios y la practican".
Cierto, María es
bendita porque en su seno llevó al Salvador, pero sobre todo porque acogió el
anuncio de Dios, porque fue una guardiana atenta y amorosa de su Palabra. Benedicto XVI, 9
de noviembre de 2011..
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