miércoles, 22 de septiembre de 2010

HERODES EL GRANDE
VIGÉSIMA QUINTA SEMANA DEL T. O.

JUEVES
SAN LUCAS 9, 7-9

CON UN SOLO GOLPE  DE CLIK http://www.unav.es/

El tetrarca Herodes oyó todo lo que ocurría y estaba perplejo, porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos, otros que Elías había aparecido, otros que había resucitado alguno de los antiguos profetas. Y dijo Herodes:
—A Juan lo he decapitado yo, ¿quién es, entonces, éste del que oigo tales cosas? Y deseaba verlo.

El tetrarca Herodes procuraba enterarse de todo. Hasta él llegaban los hechos y dichos de la gente del pueblo. También llegó hasta él las interpretaciones que de Ti hacían unos y otros. Estaba enterado de tu predicación, de tu doctrina, de los milagros que realizabas, de las curaciones que ejecutabas.

Pero las noticias que tenía sobre Ti, eran confusas, incluso contradictorias. Porque mientras unos decían que eras Juan el Bautista, que habías resucitado; otros decían que eras Elías que había vuelto de nuevo; incluso había gente que decía que uno de antiguos profetas. Por todo lo cual, Herodes estaba un tanto perplejo.

Lo que si tenía claro era la decapitación de Juan; él había sido el que dio la orden. Herodes le quería a Juan, pero aquella joven y la envidia de su madre le habían obligado a cometer aquella locura. Sabía, pues, que Juan había muerto, él mismo había visto su cabeza en una bandeja.

Por tanto, Tú, Señor, no podías ser Juan, entonces se preguntaba Herodes: ¿quién es éste del que oigo tales cosas? Por eso, y por amor propio, quizás, “deseaba verte”. Y ya sabes, lo que los poderosos se proponen lo consiguen. Y un día llegó a verte, cuando Pilato te envió a él en el proceso de tu Pasión.

Pero Tú no le hablaste, porque te tomó por un entretenimiento.