Y ME HABLÓ LA MADERA
- Nos gusta este tronco -y me
miraban a mí- para nuestro objetivo. Queremos una talla hermosa, alta, fuerte,
que represente a una mujer castellana, aguerrida, suelta, valiente, alegre,
decía uno de los frailes. A lo que el compañero contestó: - De los troncos aquí
amontonados, el que más me gusta es este -y volvía sus ojos a mí-. Tiene
anchura, tiene largura y todo muestra que está en perfectas condiciones para
poder empezar de inmediato.
A mi amo le brillaban los
ojos y asentía con la cabeza a lo que comentaban los frailes. El de calzón
verde y blusa negra no dejaba de mirarme. Parece como si me comiera con su mirada,
como si quisiera apoderarse de mí, y a la vez como si por dentro de mi corteza
y primera capa viera algo más.