miércoles, 29 de junio de 2011

DESDE MI VENTANA


Y por fin llego al final de la ruta trazada. Hasta las montañas más altas del valle. Allá donde se toca el cielo con la tierra. Hoy, por cierto, las montañas que cierran el valle de Lizaso, están cubiertas totalmente de nubes. Hasta las copas de los árboles han bajado las portadoras de viento y de agua. Están las nubes pegadas a las hojas del bosque.


Estas nubes que ahora contemplo desde mi ventana, forman diferentes figuras caprichosas. Unas parecen enormes bolas de algodón, otras son semejantes a figuras humanas, otras se diluyen a medida que se dejan arrastrar por el viento.


Tengo que dejar las nubes y pasar a la tierra. La montaña que hoy veo tapadas por las nubes, las he contemplado muchos días con precisión meridiana. Es una cordillera casi uniforme. Solo en un momento se eleva un poco más y da la sensación de que este trozo es la atalaya del monte, para ver más cerca el firmamento y contemplar con admiración otras cosas debajo de ellas.


A veces pienso en los secretos que encierran estos montes tan grandes. Los secretos de un mundo de calor y de frío, un mundo de misterio.


Y de misterio y misterio, salto al misterio del hombre y de la vida, al misterio del más allá. Y me quedo asombrado ante el tiempo empleado en amontonar tesoros donde entran los ladrones y roban. Y pienso como a veces perdemos la paz por cualquier tiquismiquis de esta tierra, olvidando la existencia que nunca termina.


Hoy día del 60 aniversario de la ordenación del Papa y los 48 de mi ordenación quiero copiar la oración que el propio Benedicto XVI ha compuesto para esta ocasión:


Señor, te damos gracias porque has abierto tu corazón para nosotros; porque en tu muerte y en tu resurrección te has convertido en fuente de vida. Haz que seamos personas vivientes, vivientes de tu fuente, y dónanos el poder ser nosotros también fuentes, capaces de donar a este nuestro tiempo agua de vida. Te damos gracias por la gracia del ministerio sacerdotal. Señor, bendícenos y bendice a todos los hombres de este tiempo que están sedientos y en la búsqueda. Amén.






Mañana miraré desde otra ventana. Hasta pronto. Gracias por el fiel seguimiento.
JMC