miércoles, 22 de febrero de 2012


DÍA 22 DE FEBRERO DE 2012

CUARESMA:
MIÉRCOLES DE CENIZA

Iniciamos hoy la Cuaresma. Cuaresma, cuarenta días de preparación para “vivir la alegría pascual”. La meta, por tanto de la Cuaresma, es la Pascua. La Cuaresma es “un itinerario” que debe estar “marcado por la oración, el ayuno y la limosna”.

El Papa Benedicto XVI, para ayudarnos a vivir la Cuaresma de este año 2012, nos ha escrito un excelente mensaje del que hoy, miércoles de Ceniza, os quiero transmitir brevemente algunas ideas. Tiempo tendremos de volver sobre él.

El Papa “a la luz de un breve texto bíblico tomado de la carta a los Hebreos: “fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras (10,24)”, nos ofrece una “enseñanza preciosa y actual sobre tres aspectos de la vida cristiana”. Estos son los tres aspectos: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal”. Un pensamiento sobre cada uno de ellos.

El primer aspecto, “procurar atender a los demás, al otro, al hermano; es decir, “estar atentos los unos a los otros”, “no mostrarnos extraños, indiferentes a la suerte de los hermanos”; “tomar conciencia de que tenemos una responsabilidad para con el hermano, en todos los aspectos: físico, moral y espiritual.

El segundo aspecto, “el don de la reciprocidad”, es decir, vivir la unidad de los unos en los otros”, esto significa que el otro me pertenece; su vida, su salvación, tienen que ver con mi vida y mi salvación”; Aquí tocamos –dice el Papa- un elemento muy profundo de la comunión: nuestra existencia está relacionada con la de los demás, tanto en el bien como en el mal; tanto el pecado como las obras de caridad tienen también una dimensión social”. En otra ocasión lo explicaremos más.

Y tercero, santidad personal. “Ser conscientes de que “el tiempo que se nos ha dado en nuestra vida es precioso para descubrir y realizar buenas obras en el amor de Dios”. “Todos –puntualiza el Papa- hemos recibido riquezas espirituales o materiales útiles para el cumplimiento del plan devino, para el bien de la Iglesia y la salvación personal”.

Vivir estos aspectos, “esta llamada –dice Benedicto XVI- es especialmente intensa en el tiempo santo de preparación a la Pascua: la Cuaresma. La ceniza que vamos a recibir es un símbolo de todo esto. Que Santa María nos ayude. Así sea.

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