lunes, 2 de diciembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

BODAS DE ORO SACERDOTALES 
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La segunda fotografía corresponde a mis padres: Pedro y Mercedes. Al fondo de la fotografía, un tanto desdibujada, se percibe su casa. Era obligado traer en primer lugar, en fecha tan señalada, a mis padres y su hogar. A ellos les debo la vida, la formación cristiana y humana, y también la vocación sacerdotal. Gracias padres por todo.

Mi padre, fue labrador de origen, más tarde vendedor de frutas y otros productos, al final, otra vez, trabajador del campo. Siempre contento y feliz con su trabajo.

A lo sesenta años se jubiló y disfrutó con los suyos de un periodo largo de descanso, bien merecido y bien ganado. Leyó libros y leyó prensa. También rezó con piedad.

Hombre serio, noble, responsable, trabajador, discreto. Entregado a su esposa e hijos siempre. Terminó su peregrinación por esta vida, a los noventa años, en Pamplona, lleno de paz y consuelo.

Mi madre, hija de panaderos y también labradores. Fue siempre, esposa fiel, entregada a su esposo e hijos en cuerpo y alma. El cuidado del hogar fue su pasión.

Pasó siempre, en segundo plano, oculta, discreta y humilde. Preocupada por su esposo y sus hijos hasta el final. Piadosa y rezadora. Buena madre. Gozó con su esposo de una larga ancianidad. Ocupada en cosas del hogar y con el pensamiento en el cielo.

Terminó sus días en los brazos de Dios, Nuestro Padre, recién cumplidos los ochenta y ocho años, en Pamplona. 

¡Que en paz descansen!

PARA ESCUCHAR
http://www.youtube.com/watch?v=6ZRFpOUdbgE