domingo, 10 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


ESPACIOS DE USO PÚBLICOS

De ordinario son tres. Hoy sólo era una. Se hallaba en un rincón en ángulo, formado por dos paredes, debajo del balcón de un primer piso. Se apoyaba en una de ellas y miraba al frente. Tenía un cigarro entre los dedos, que rítmicamente llevaba a la boca. El humo apenas era visible.

Estampa frecuente, hace años inusitada, ver a gentes fumando en la calle, a la puerta de los bares, de los comercios, etc. La nueva ley anti-tabaco obliga al fumador a salir fuera de los espacios de uso público si desea fumar.

Así dice la Ley: “Espacios de uso público: lugares accesibles al público en general o lugares de uso colectivo, con independencia de su titularidad pública o privada. En cualquier  caso, se consideran espacios de uso público los vehículos de transporte público o colectivo”.

Que esfuerzo salir a la calle a fumar. Sobre todo en los días crudos de invierno;  y también, en los días de verano, excesivamente calurosos.

Me acordé, por contraste, del número 704 de Camino: “Una visita al monasterio famoso. —Aquella señora extranjera sintió apiadársele las entrañas al considerar la pobreza del edificio: "¿Deben llevar ustedes una vida muy dura, no?" Y el monje, satisfecho, se limitó a contestar: "Tú lo quisiste, fraile mostén; tú lo quisiste, tú te lo ten".


PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=8lOOCpABKpo