jueves, 22 de julio de 2010

DÉCIMA SEXTA SEMANA DEL T. O.

VIERNES
SAN MATEO 13, 18-23

CON UN SOLO GOLPE DE CLIK 
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»Escuchad, pues, vosotros la parábola del sembrador. A todo el que oye la palabra del Reino y no entiende, viene el Maligno y arrebata lo sembrado en su corazón: esto es lo sembrado junto al camino. Lo sembrado sobre terreno pedregoso es el que oye la palabra, y al momento la recibe con alegría; pero no tiene en sí raíz, sino que es inconstante y, al venir una tribulación o persecución por causa de la palabra, enseguida tropieza y cae. Lo sembrado entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de este mundo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda estéril. Y lo sembrado en buena tierra es el que oye la palabra y la entiende, y fructifica y produce el ciento, o el sesenta, o el treinta.

Señor, qué cariño mostraste a “los tuyos”. Cómo te desviviste por tus Apóstoles! Habías terminado de explicar a la gente la parábola del sembrador, y ahora lo hacías para ellos solos. ¡Con qué atención te escucharían!

Les dijiste: al que no entiende la Palabra de Dios, apenas le dura su fuerza; el enemigo le roba la Palabra de su corazón; el que no tiene raíz no recogerá frutos; al que se olvida de lo principal se le ahogan los propósitos; sólo producirá fruto lo acogido en buena tierra: ciento, sesenta, treinta.

Aunque todo estaba claro, todo era un misterio. Buen sembrador, buena semilla y tanto riesgo. Sólo la tierra buena daría buenos frutos. ¿Quién había preparado la tierra? ¿Por qué tantas clases de tierra? ¿Por qué tantas diferencias?

Señor, siéntate aquí junto a nosotros y explícanos de nuevo la parábola. O mejor, voy a sentarme junto a Ti y voy a escuchar en el silencio tu nueva explicación. Y luego, si no entiendo, te volveré a preguntar, y si no, otra vez, qué más da. Lo importante es haber es-tado junto a Ti un buen trato.

Con perseverancia algo cosecharemos: treinta, sesenta, ciento. Medidas humanas. El mejor amor es amar sin medida; la mejor cosecha es la que no se mide en la tierra.