sábado, 29 de mayo de 2010

SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD

Del evangelio según
san Juan 16, 12-15

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En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: — «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.»

En este domingo, que sigue a Pentecostés, celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Esta celebración nos recuerda que Dios es un misterio. Misterio que hemos de vivir desde la fe y el amor.
En este misterio de Dios que hoy celebramos, es fundamental descubrir que Dios nos ama, que Dios nos quiere; que desea que todos nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad.

Y nos ama como somos: aunque nosotros no queramos saber nada de él, incluso aunque a veces lo persigamos. nos ama con fidelidad, y no deja de amarnos aunque seamos inconstante y pecadores. Nos ama más que nadie: nos ama hasta dar la vida por nosotros.

Por eso, hemos de descubrir que todo lo que Dios dice, enseña y manda, no lo hace para agobiarnos, sino para mostrarnos el verdadero camino que conduce a la felicidad y a la vida eterna. ¡Esta es la clave para comprender todo el mensaje cristiano, con todas sus exigencias! Esta es la clave también para poder creer en el Misterio de la Trinidad.

Misterio de amor: Tres Personas que son un solo Dios, porque el Padre es amor, el Hijo es amor y el Espíritu Santo es amor. Dios es todo amor y sólo amor, amor purísimo, infinito y eterno. Y porque Dios es amor, no vive en una espléndida soledad, sino que más bien es fuente inagotable de vida que se entrega y comunica incesantemente. Y hasta tal punto, que todos hemos sido creados a imagen de la Trinidad.

La prueba más fuerte de que hemos sido creados a imagen de la Trinidad es que sólo el amor de Dios nos hace felices. La Virgen María, estamos terminando el mes de mayo, con su dócil humildad, se convirtió en esclava del Amor divino: aceptó la voluntad del Padre y concibió al Hijo por obra del Espíritu Santo. Acudamos a su intercesión.

La fiesta de hoy, Solemnidad de la Trinidad, es una invitación a amar a Dios, a entrar en el misterio, y, a través del amor, dejar que El nos ilumine, se nos vaya manifestando, y nos haga crecer en la santidad para estar llenos de Él. Es una invitación a vaciarnos de nosotros mismo para llenarnos de Dios: y así seremos verdaderamente felices, sólo así viviremos auténticamente como personas y tendrá sentido nuestra vida.