martes, 7 de mayo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

EL PAPA LE ACERCÓ UNA SILLA

 

Lo había oído. Hoy lo he visto escrito. 
Lo recojo para ti.

Cuando el Papa Francisco salía de su departamento en Santa Marta, se encontró con un guardia suizo fuera de su Puerta. El Sumo Pontífice le pregunto qué hacia ahí, y que si había estado despierto toda la noche. - “Si”, le contestó el guardia. - ¿De pie? preguntó el Papa Francisco. ¿No se ha cansado? - ”Es mi deber Su Santidad, por su seguridad”. 

El Papa Francisco, lo miró, regresó a su departamento, y después de unos minutos regresó trayendo entre su manos una silla. - Al menos siéntese y descanse – dijo el Sumo Pontífice. El guardia le contestó: "Discúlpeme Su Santidad, pero no puedo, las reglas no lo permiten”. - ”¿Las reglas dijo Francisco?”. - ”Mi capitán Su Santidad“, respondió el Guardia. - “Bueno, pero yo soy el Papa y le pido que se siente”. 

Más tarde, el Papa Francisco regresó con un poco de pan y jamón, lo entregó al guardia y le dijo: - ”Bon apettit hermano mío“. 


PARA ESCUCHAR