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En un hecho histórico y sin precedentes en la historia moderna, el papa Francisco ha visitado este sábado al mediodía a su antecesor, Benedicto XVI, en el Palacio Pontificio de Castel Gandolfo, a
Después de
un vuelo de 20 minutos, Francisco aterrizó en el helipuerto de Castel Gandolfo
-construido donde terminan los jardines de la residencia- y fue recibido por
Benedicto XVI, el obispo de Albano, Marcello Semeraro, y por el director de las
Villas Pontificias, Savero Petrillo.
El
pontífice regresará a la Santa Sede después del almuerzo, a una hora que no fue
precisada.
El Papa
Francisco fue recibido por Benedicto XVI en el mismo helipuerto de Castel
Gandolfo hacia las 12.15 de la mañana.
Ambos Papas
se fundieron en un "conmovedor abrazo", según atestiguó Lombardi (en
Argentina lo traducen como “lindísimo abrazo”).
Después, el
Pontífice y el Papa emérito se fueron a orar juntos a la capilla de la
residencia de Castelgandolfo. "Somos hermanos", le dijo el Papa
Francisco cuando Benedicto XVI le ofreció un puesto de privilegio en la
capilla.
En ese
edificio marcado por la moderna historia italiana, refugio de personas que
huían de la guerra y los nazis en la Segunda Guerra Mundial, un anciano alemán
y un Papa argentino rezaron juntos ante la imagen de la Virgen de Czestochowa,
patrona de Polonia.
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Ese momento
de oración fue, según el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, "un
momento de profunda y elevada comunión".
El
encuentro privado comenzó en torno a las 12.30 en la biblioteca privada de la
residencia, que sirve de lugar de recepción para huéspedes importantes. Fue
allí donde el Papa Francisco entregó a su predecesor un icono de Nuestra Señora
de la Humildad "en honor a la humildad demostrada" por el Papa
Emérito a la hora de presentar su dimisión.
La
conversación entre ambos se desarrolló "en la más estricta
confidencialidad y privacidad". Los dos pontífices iban vestidos con
sotana blanca.